Me atrevería a decir que el psicoanálisis es uno de los últimos refugios que tiene el sujeto para reconocerse. En una sociedad cuya dirección es tender hacia lo homogéneo, el sujeto que no puede perder su particularidad, su detalle, sus más íntimas razones, hace cosas. Una de esas cosas que hace es síntomas. Síntomas que no escucha nadie, que no entiende nadie, que a veces ni siquiera se verbalizan por miedo, por verguenza, o incluso por la inutilidad de verbalizarlos ya que nadie los escuchará. Síntomas que se clasifican "científicamente", síntomas que se etiquetan "estadísticamente" y que finalmente diluyen la especificidad del sujeto, lo alejan de su propia verdad.
El psicoanálisis es ese método, cuya dirección es la opuesta a esta tendencia. Es el espacio abierto que necesita el sujeto para expresarse, para animarse a expresarse. No es una terapia orientativa. El analista no está ahí para juzgar, no está ahí para decir lo que hay que hacer. No está ahí para dar recetas mágicas, aunque su intervención pueda parecer mágica. Está ahí, sobretodo para que el sujeto tenga la oportunidad de escucharse.
jueves, 8 de octubre de 2009
Patológicamente tuya... ¿síntoma de amor?
Amar es una de las salidas más interesantes del malestar en la cultura, sin embargo con frecuencia el amor se transforma en el "presunto" causante del sufrimiento subjetivo. Digo "presunto" para dar al amor la posibilidad de defenderse de lo que algunos creen sobre él.
Lo que se llama dependencia emocional entendida como signo de amor, no es más que una de las versiones elegidas por el sujeto para enfrentarse, o mejor dicho, desentenderse de las viscisitudes de su propio deseo, que no siempre tiene que ver con el amor.
No es un síntoma nuevo y no carece de lógica. Lo que hay que tener en cuenta es que esa lógica, es particular. Razón por la cual, queda fuera de toda lógica, creer que es posible deshacerse de este sufrimiento sin recorrer el camino personal que toca para dejar de aferrarse a falsas razones del sufrimiento.
Lo que se llama dependencia emocional entendida como signo de amor, no es más que una de las versiones elegidas por el sujeto para enfrentarse, o mejor dicho, desentenderse de las viscisitudes de su propio deseo, que no siempre tiene que ver con el amor.
No es un síntoma nuevo y no carece de lógica. Lo que hay que tener en cuenta es que esa lógica, es particular. Razón por la cual, queda fuera de toda lógica, creer que es posible deshacerse de este sufrimiento sin recorrer el camino personal que toca para dejar de aferrarse a falsas razones del sufrimiento.
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